Baja sacude al programa "Hay Que Decirlo Prime" y panelista lanza dura crítica a la televisión

Después de tres meses como panelista en Hay Que Decirlo Prime, el comediante argentino Jorge Alís decidió dar un paso al costado del espacio conducido por Pamela Díaz y Nacho Gutiérrez en Canal 13. Su salida vino acompañada de duras críticas al funcionamiento interno del programa y a los límites de expresión en la televisión.
El argentino se incorporó al panel de la edición nocturna con rutinas de humor que combinaban sátira, crítica social y actualidad. Sin embargo, en entrevista con The Clinic, reveló que su decisión de abandonar el proyecto surgió cuando el ciclo se extendió y sintió que ya no podía sostener el nivel de creatividad exigido cada semana. "Todas las semanas hacer rutinas... es un trabajo que no tenés ninguna posibilidad de tener un error con la rutina y corregirlo y que salga mejor", explicó. "Me dio miedo de empezar a hacer una fabriquita de salchichas y después decir cualquier cosa".
El comediante, que construyó su carrera en Chile con espectáculos de stand-up basados en la inmigración y los clichés culturales, afirmó que llegó a sentirse presionado por un formato que prometía libertad creativa, pero que en la práctica no la garantizaba. "Hay mucha censura, boludo. Hay una cosa así de doble sentido que te dicen: '¡Sin censura, sin censura!' pero eso es mentira", sentenció.
Aun así, Alís destacó el cariño por el equipo detrás de cámaras y afirmó que su salida fue en buenos términos. "Tengo las puertas abiertas en el 13. Tengo relación muy linda con todo el equipo creativo y con toda la gente que lo hace", dijo, recalcando que su decisión también responde a un deseo de no encasillarse en la televisión. "No soy un hombre de tele. Me gusta esto de entrar y salir un poco".
Durante su participación en Hay Que Decirlo Prime, Jorge Alís realizó 12 rutinas, una por semana. Según el propio humorista, muchas de ellas lograron el objetivo de provocar risa, pero también invitar a la reflexión, incluso dentro de los márgenes editoriales que, según él, estaban claramente definidos por el canal. Pese a las limitaciones, valora haber podido "decir lo que se me cantó el culo", aunque advierte que ese margen es mucho más estrecho de lo que el público cree.