Mario Velasco recibió el mejor regalo del Día del Padre
En un emotivo reencuentro familiar, Mario Velasco finalmente pudo abrazar a su hija Julieta después de cuatro largos meses de separación. La joven de 12 años, fruto de su relación con Carolina Mestrovic, decidió emprender vuelo y mudarse con su madre a Miami, Estados Unidos, dejando atrás su hogar en Chile.
"La echo mucho de menos. Me ha costado este asunto de estar lejos", confesó el querido animador en una íntima conversación con LUN. "Sobre todo el hecho de llenar ciertos aspectos que tienen que ver con el tiempo y lo emocional. Me sobra mucho tiempo y me sobra mucho corazón, por decirlo de alguna manera".
Tras cinco años de convivencia ininterrumpida con su padre en Chile, Julieta tomó la decisión de irse a vivir con su madre. Un cambio abrupto que no fue fácil para Velasco. "En una primera etapa fue bien difícil el proceso, precisamente por lo que conlleva dejar de vivir con un hijo con el que estás todos los días".
Pero la espera terminó el 30 de mayo, cuando Julieta llegó a Chile para disfrutar de sus vacaciones de invierno junto a su padre. Un reencuentro lleno de risas, abrazos y momentos inolvidables.
"Volvimos a dormir juntos, hemos visto películas, hemos salido a pasear. Ha tenido millones de panoramas, se la han peleado las amigas, los compañeros de colegio, mi familia. Ha tenido pocos minutos libres, pero ella está feliz", relató emocionado el animador de "Zona de Estrellas".
Sin embargo, la felicidad se ve opacada por la inminente partida de Julieta el próximo 7 de julio. Velasco no puede evitar sentirse preocupado ante la perspectiva de una nueva separación.
"Yo he disfrutado cada minuto con Juli, es lo que hay que hacer. Pero a pesar de eso, hay ciertos momentos en que me pregunto qué va a pasar el 7 de julio, cómo lo voy a enfrentar. ¿Me va a pasar lo mismo que cuando nos separamos por primera vez? ¿Lo voy a vivir de la misma manera? ¿Va a ser igual de heavy enfrentarlo otra vez? Entonces, miro de reojo ese día, le tengo un poco de miedo".
A pesar de las dificultades, el animador reconoce los beneficios que ha traído este cambio en la vida de su hija.
"He visto muchos cambios. Está súper alta, se pegó un estirón heavy y también he notado que ha madurado mucho. Si bien este cambio tiene ciertas cosas que pueden ser un poco difíciles, también yo creo que la ha hecho madurar en un montón de aspectos".
Velasco encuentra consuelo en saber que Julieta tiene dos hogares en los cuales se siente amada y protegida.
"Para mí es muy importante que tenga las garantías de que tiene dos casas en el mundo y que hoy día puede estar allá, mañana acá y después de nuevo allá. Lo que quiera".
Aunque el "nido vacío" es una realidad difícil de enfrentar, el orgulloso padre se mantiene optimista.
"Esto fue algo que ella quería, algo que decidimos como familia, que buscamos, que hicimos con esfuerzo, y que es algo que de alguna manera tiene recompensa. Verla bien tal como está es lo importante. Eso es lo que me deja tranquilo".