El gran poder que tienen las malas palabras
Decir garabatos o malas palabras es muy mal visto por algunos círculos y todavía más dependiendo del contexto, sin embargo detrás de eso se esconden grandes beneficios.
Así lo ha revelado un estudio que no sólo indica que las personas que dicen groserías tienen un coeficiente intelectual más alto, son más honestos y más felices, sino también que también este hábito tendría un gran poder.
Según The Journal of Pain, decir garabatos no solo favorece la expresión de sentimientos, sino que además permitiría aliviar dolores, pues al decirlas se mejora la circulación sanguínea y se liberan endorfinas conduciendo al cuerpo hacia una sensación de calma y bienestar.