Encapuchados asaltaron el Castillo de Windsor mientras el príncipe William y su familia dormían

Por Equipo M360 M360 | Lunes, 18 de Noviembre de 2024
Encapuchados asaltaron el Castillo de Windsor mientras el príncipe William y su familia dormían

Una grave intrusión en el Castillo de Windsor ha puesto en alerta máxima a la seguridad real, después de que unos desconocidos accedieran al recinto mientras el príncipe William, Kate Middleton y sus tres hijos dormían en Adelaide Cottage.

Los hechos ocurrieron la noche del 13 de octubre, cuando los intrusos utilizaron un camión robado para destrozar una de las puertas de seguridad, penetrando en una de las granjas del complejo. Una vez dentro, sustrajeron una camioneta Isuzu negra y un quad rojo, dejando una estela de destrucción en su ruta hacia Old Windsor y Datchet.

La entrada vulnerada se encuentra a escasos metros de Adelaide Cottage, la residencia familiar de los príncipes de Gales, lo que ha elevado la preocupación por los protocolos de seguridad. En el momento del incidente, el rey Carlos se encontraba en Escocia y la reina Camilla en la India.

Un portavoz policial confirmó: "Los agresores entraron en la granja y se llevaron una camioneta Isuzu negra y un quad rojo. Luego se dirigieron hacia la zona de Old Windsor /Datchet. No se ha arrestado a nadie todavía y hay una investigación en curso".

Las alarmas solo se activaron tras el derribo de la barrera de seguridad, lo que ha generado seria preocupación sobre la vulnerabilidad del recinto. La reducción de agentes armados en los accesos, debido a la escasez de oficiales cualificados, ha contribuido a esta situación de riesgo.

Este incidente evoca un precedente inquietante: el 25 de diciembre de 2021, cuando Jaswant Singh Chail, un intruso armado con una ballesta, intentó atacar a la difunta Isabel II, siendo posteriormente condenado a nueve años de prisión por traición.

La actual configuración de seguridad es crítica. Actualmente, los agentes solo están presentes en la parte delantera durante las ceremonias del cambio de guardia, mientras que los terrenos son vigilados por patrullas.

Sin embargo, este suceso ha expuesto las potenciales debilidades del sistema de protección del histórico castillo.

La intrusión no solo representa un desafío logístico, sino que plantea serios interrogantes sobre la capacidad de resguardar uno de los recintos más emblemáticos de la monarquía británica, especialmente cuando la familia real se encuentra en su interior.

Las autoridades mantienen una investigación abierta, mientras la preocupación crece sobre la posibilidad de futuros incidentes que pudieran comprometer la seguridad de la familia real.

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