[COLUMNA] Sofía Calvo: Moda que rompe estereotipos

Vivimos en un país que ama las "etiquetas" y que entra en pánico cuando no lograr clasificar a alguien bajo una determinada categoría. Las mujeres somos presa fácil de este sistema. De hecho, nuestro vestir es el primer blanco de los comentarios y juicios, que se confunden con la oferta de una industria, que le encanta la homogenización de los cuerpos. En este contexto, la moda de autor local no tiene miedo a irrumpir con propuestas que rompen el status quo y abren el camino para la liberación. ¿Te gustaría conocerlas?

Estoy convencida que la ropa puede ser un excelente vehículo para comunicar nuestra identidad, empoderarnos en nuestros diversos roles e incluso cambiar nuestros hábitos de consumo.

No obstante, a veces, también nos engrilla al espejo imponiéndonos cánones estéticos lejanos a nuestra realidad, proyectándonos hacia el norte, cuando nuestra esencia tiene color y olor a sur. La ansiedad por asimilarnos a cuerpos ajenos sólo puede provocarnos confusión e inseguridad.

Pero, ¿cómo se hace cargo la moda de autor de este juego perverso de imágenes tergiversadas, que luego se vuelven estereotipos? ¿Logra obviar al establishment o juega con los mismos códigos y relato?

Marcas como Pas Denom, AdeAntonio, Juana Díaz, Ropa de Alma, Sisa y Pehuén han buscado, en sus campañas, romper con los paradigmas de la eterna juventud mostrando a mujeres maduras (sub 50 y/o 60) como íconos de belleza y elegancia.

Mientras, etiquetas como LOFZ Clothing no temen vestir con sus prendas a todo tipo de siluetas, recordándonos que la diversidad anatómica no sólo es parte de nuestro cotidiano, sino también es lo que hace de nuestro país un lugar humano, y no de plástico.

Asimismo, hay otras como Munay Sisters y NGNR (No Género), que han enarbolado la bandera del unisex o genderless como una forma de librarnos de las ataduras que nos impone la misma industria, en términos de calce o la manera en que debemos vestir determinadas piezas.

Pero más allá de todos estos esfuerzos creativos, somos nosotras la que tenemos que dictar la pauta sobre cómo queremos ser proyectadas. Debemos exigirle a la moda de autor y masiva, "diversidad sin tendencias", es decir, heterogeneidad como parte de una normalidad que se muestra "perfectamente imperfecta".

La liberación femenina parte por rebelarnos contra lo que otros quieren que seamos. Usemos la ropa para romper los grilletes y demostrar que la única categoría posible para referirse a nosotras es Mujeres, sin títulos, sin adjetivos, sin medidas, ni pesas.