[COLUMNA] Sofía Calvo: El orgullo de vestir moda con identidad local
Vestir con identidad local supone un reconocimiento a lo propio, una acción política, donde reafirmamos nuestra elección hacia una industria que desea consolidarse.
El mes de la patria resulta un buen momento para reflexionar sobre qué entendemos como moda con identidad local y cómo podemos distinguirla y apreciarla como consumidores.
¿Qué significa concretamente vestir ropa con identidad local? Estoy segura que muchas de ustedes lo asociarán rápidamente a la indumentaria de estilo autóctono y/o reminiscencias "hippies". Sin embargo, esa simplificación del concepto solo limita nuestras posibilidades de adquirir productos que enaltecen lo "chileno", sin caer en chauvinismos baratos.
La identidad local es una construcción compleja sobre quiénes somos, que no solo se circunscribe al pasado, sino también toma elementos del presente y el futuro.
De hecho, aquellos creativos que han optado por ella, se la han jugado por interpretarla más allá de la literalidad, resignificándola a través de diversos caminos.
Pero dejemos de teorizar y vamos al grano...
Vestir con identidad local supone un reconocimiento a lo propio, una acción política, donde reafirmamos nuestra elección hacia una industria que desea consolidarse.
Por lo mismo, comprar ese tipo de propuestas no se traduce como un "acto de caridad" o como el tan manoseado "si es chileno es bueno", sino como una opción voluntaria de portar historias que hablan de nosotros, de nuestra memoria colectiva e histórica, así también como de nuestro patrimonio inmaterial.
Actualmente podemos distinguir diversas maneras de expresar lo local en la moda. Lo más evidente, pero también la más difícil de ejecutar, sin caer en clichés o lugares comunes, es la que se inspira en aspectos o cosmovisiones locales para la creación de las colecciones. ¿Ejemplos? Roberta con su Karneval Collection del verano 2012 inspirada en la fiesta de la Tirana; o Sr. González en asociaciación con Quinta Trends con su serie cápsula de "Los héroes del pueblo son inmortales" del organillero, el chinchinero y la palomita.
En otra vereda encontramos aquellos que honran lo local a través del rescate de los oficios como las marcas de zapatos pertenecientes al colectivo Calzado Oficio o la etiqueta Maniobra, que incluso co-crea con las artesanas que confeccionan sus prendas.
Distinguimos también a quienes muestran lo local desde el uso de materialidades propias de nuestra tierra como la marca de calzado Bestias, cuyos insumos son 100% nacionales o el trabajo de innovación con fibra de cobre que lleva a cabo La Joya Design a través de The Copper Company.
Asimismo, están aquellos que apuestan por el rescate de las técnicas artesanales y ancestrales, que junto a las comunidades dueñas de estos saberes, les dan una nueva mirada o las reinterpretan al combinarlas con estéticas modernas e incluso con tendencias globales. En este caso resaltan las propuestas de Zurita, Surorigen y Voz, por nombrar solo algunas.
En el siglo XXI vestir moda con identidad local, nos convierte en trendsetters, en los dueños de un guardarropas que no entiende de commodities y que se yergue orgulloso de tener raíces ancladas en el suelo y siempre dispuestas a florecer y evolucionar.