Los perros radioactivos y sin cariño de Chernobyl
A 32 años del desastre nuclear, hay una población de 900 mascotas que nadie puede tocar.
Hace 32 años, específicamente el 26 de abril de 1986, el reactor número 4 de la planta nuclear ubicada a 30 kilómetros de Chernobyl, explotó.
Frente al desastre radioactivo que puso en riesgo a toda la población, las autoridades optaron por evacuar. Con tal que el desalojo se produjera lo antes posible, se les dijo a los habitantes que tomaran lo justo y necesario y que tres días después podrían volver por sus pertenencias y sus mascotas. Al darse cuenta que la radiación del lugar tardaría décadas en disminuir, eso jamás sucedió.
Si bien se eliminó a una cantidad de perros, no todos corrieron esa suerte y estos comenzaron a reproducirse sobre el terreno radioactivo. La población creció, haciendo difícil la posibilidad de controlarla. ¿El problema? No se trata de perros a los que se pueda reubicar y adoptar de forma sencilla.
La radiación que tienen los perros de la planta nuclear de Chernobyl es 20 veces más alta que lo normal. Por lo mismo, son los trabajadores del lugar los que se encargan de alimentarlos, hidratarlos y proveerles algo de entretención, sin embargo, muchos temen acariciarlos por miedo a arriesgar la salud. Algunos perros han sido marcados con medidores que permiten rastrearlos y medir sus niveles de radiación. Solo así se tiene una idea de su población.
En los últimos años han surgido planes de distintas organizaciones, mayoritariamente estadounidenses, para reubicar a estas mascotas radioactivas. El proyecto "Los perros de Chernobyl" comenzó su primera fase el 2017, sin embargo no es tarea fácil.
Luego de 45 días de cuarentena, donde se les controla su radiación, las mascotas reciben un certificado de buena salud. Recién ahí pueden optar a viajar. Sin embargo, no son perros fáciles de adoptar, pues debido a la radiación tienen mala sobrevida.
Se estima que el proyecto dure un total de cinco años y ayude a controlar la población canina de la planta nuclear de Chernobyl.