¿Por qué nos gusta comer ají si nos pica tanto?
Una reacción cerebral explica el gusto por esta verdura.
¿Habrá alguna mejor ensalada veraniega que el tomate con harto ají verde? Algunos dirán "por supuesto", pero los amantes de lo picante sabrán responder un "No" rotundo. ¿La razón? Hay quienes de solo pensar en ají, se les hace agua la boca.
Aunque tengan muy claro que una pequeña mordida de ají les puede picar literalmente "hasta el alma", los que gustan del picante no lo dejan de hacer. La explicación es sencilla y sería una especial reacción de nuestro cuerpo.
Algunas sensaciones provocan distintas reacciones orgánicas. Por ejemplo, el calor que sentimos en el sauna está relacionado con la liberación de hormonas ligadas al placer. Algo similar es lo que produce comer cosas picantes.
Es importante explicar que el gusto por comer ají no tiene que ver con una adicción como sucede con otros alimentos como el café, pues estos no tienen compuestos que provoquen dependencia. Sin embargo, Leidamarie Tirado-Lee, estudiante de ciencias biológicas explicó a Helix que la necesidad de este alimento sí se relaciona con algo químico.
Cuando el ají entra en contacto con la boca la señal que recibe el cerebro esa zona del cuerpo se "está quemando". Sí, porque aunque tú creas que lo que te gusta del picante es su sabor, lo real es que lo que te encanta es la sensación de ardor que provoca.
El cuerpo entiende la señal de tu boca como si estuvieras teniendo un dolor, por lo que libera endorfinas paras aliviarlo. Pero eso no es todo, también libera dopamina, un neurotransmisor asociado al placer.
Esta acción de comer picante se explica también por el gusto de algunos seres humanos por el peligro, pero este sería uno de "riesgo controlado".