La mamografía que no aprieta está cada vez más cerca
El dolor e incomodidad pronto no será una excusa.
Todas las mujeres sabemos que luego de los 30 años tenemos que hacernos una mamografía al menos una vez al año. Este examen es el que puede hacer la diferencia entre detectar a tiempo un cáncer de mama y darse cuenta cuando la enfermedad ya avanzó.
Lo que nosotras también sabemos es que así como este examen es muy necesario, además es incómodo y en algunos casos doloroso. Para nadie es agradable poner la pechuga entre las placas y aguantar que las aprieten.
Sin embargo, esa molestia podría estar cerca de acabar, pues la Universidad Tecnológica de Eindhoven está desarrollando una prueba llama "mamografía amigable con los senos".
Esta consiste en analizar el tejido interno de las mamas a través de ultrasonido de contraste dinámico específico, que elimina la desventaja de exponerse a rayos X. Además, este novedoso método permitiría tomar imágenes en 3D, haciendo más fácil la identificación de tumores malignos.
¿Cómo funciona?
Se inyectan microburbujas de aire que viajan por las venas de las pechugas. El ultrasonido de contraste permite ver el viaje de ellas a través de las mamas y detectar si algo obstruye su camino. Esta técnica indolora está en proceso de prueba y se espera que pueda sustituir a la clásica mamografía de aquí a 10 años.