Meghan Markle y sus difíciles dos años como miembro de la realeza
¡Bonito, pero complejo!
Desde hace dos años la vida de Meghan Markle cambió para siempre. De ser una conocida actriz de televisión en la serie Suit pasó a ser miembro de la realeza. Hace exactamente dos años, toda la prensa se reunió en el Palacio de Kensington para el anuncio del compromiso entre esta guapa mujer y el príncipe Harry. Desde ese minuto, Meghan dejó de ser la última conquista del hijo de Diana de Gales y se convirtió en un miembro de la casa real.
Ayer, en su aniversario de compromiso, los Duques de Sussex compartieron una foto inédita del día de su matrimonio, una donde se ve a Meghan relaja y riendo, mientras el príncipe la tiene abrazada de la cintura.
Pero no todo ha sido risas para la pareja en estos dos años y la relación ha tenido costos personales, especialmente para ella.
Cuando se confirmó que salía con Harry la prensa se volcó hacia ella. No era extraño, pues Meghan tenía un perfil demasiado distinto al que podría haber esperado la familia real: No era británica, no pertenecía a una familia de alcurnia, era divorciada, era famosa y además corría sangre afroamericana por sus venas.
La reina mostró una gran apertura al permitir el noviazgo entre Harry y Meghan y ella tuvo que asumir que para casarse con Harry debía dejar atrás su vida como actriz y respetar el protocolo de la corona.
Muy pronto ambos se transformaron en la pareja más querida del mundo. Sin embargo, a lo bueno siguió lo malo: la intromisión de la prensa en temas familiares, sindicar a Meghan como conflictiva y responsable de la distancia de Harry con su hermano William, los desafortunados comentarios del padre y hermana de Markle y los rumores de su gusto por los lujos que la han hecho gastar demasiado en la casa familiar y en el baby shower de Archie, el hijo que tiene en común con el príncipe.
Sin duda, los últimos dos años han sido inolvidables para la Duquesa de Sussex, por lo bueno, pero también por lo malo.