#COLUMNAM360 A Pablo Herrera "se le soltó la cadena"
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En las últimas semanas, Pablo Herrera ha protagonizado varios titulares, por hechos que desgraciadamente no tienen nada que ver con su trabajo como cantante y compositor. Hace algunos días, durante un show en el norte del país, el músico se refirió en inadecuados términos a Maite Orsini.
Herrera manifestó que la parlamentaria debía "bañarse en cloro" y señaló que su ausencia en el Parlamento se debía a que quedaba dañada luego de sus encuentros íntimos.
"Ella es como un hombre, le gusta un hue... y se lo tir@. Y después toma licencia para descansar, porque queda para la cag...", expresó.
Las declaraciones de Pablo no demoraron en difundirse en redes sociales, espacio donde fueron condenadas. Es más, Daniela Aránguiz, con quien Orsini ha tenido públicas diferencias, incluso en tribunales, expresó que los dichos del compositor eran inapropiados y "machistas".
La cosa no quedó ahí. Frente a la opinión de la ex Mekano, Herrera también hizo sus descargos y la trató de "gato chico".
"Ella dice defender a esta otra y hace la noticia, porque ella vive de esto. Más aún ahora, porque Jorge Valdivia no puede trabajar, tiene que generar noticias. La hiciste, Daniela, eres seca para la hue..., pero yo no me voy a prestar para eso, porque yo no estoy para pelear con gatos chicos", señaló Pablo el domingo en Primer Plano.
Con todos estos antecedentes sobre la mesa, el panel de M360 analizó el comportamiento del músico en su espacio de cada lunes en El Aguante de La Nuestra.
¿Estrategia?
Las últimas declaraciones de Herrera indican que al compositor "se le soltó la cadena", pues lejos de poner paños fríos a los dichos contra Orsini, que según él se trataron de una "broma", ha optado por ponerle más leña al fuego.
Al parecer las nuevas pretensiones del músico necesitan que figure a toda costa, aunque incluso sea por temas negativos. Algo como "mejor que hablen mal de ti a que no hablen", total "no existe la mala publicidad", debe ser lo que piensa Herrera por estos días al irse contra las dos mujeres más representativas de la farándula en los últimos dos años.
¿Para qué? Se preguntarán muchos. La respuesta la entregó el propio artista en Primer Plano, pues pretende seguir una carrera política. La contradicción de todo esto es que de tanto criticar a Maite Orsini, no se da cuenta que él está haciendo lo mismo: farandulizar la política.
"Yo no voy a meterme en la farándula", expresó el domingo sentado desde el set de Primer Plano, uno de los programas que ha llevado la pauta de la historia de la farándula en Chile.
¿El músico no se dará cuenta de lo contradictorio de su actuar? Acudió a un espacio de farándula, para revelar sus fines políticos, pero lo hizo a la defensiva y de manera provocadora. Esto no lo aleja de lo que supuestamente no quiere formar parte, sino todo lo contrario.
El cruce que ha tenido la política con la farándula, con casos judiciales como el de Maite Orsini con Jorge Valdivia, y en una vereda más liviana, el vínculo que actualmente tiene Pamela Díaz con Felipe Kast, es una realidad. Todo indica que estos mundos tienen mucho más en común de lo que creíamos. Sin embargo, hay un límite que debemos poner como sociedad.
Ese límite es no darle tribuna en los medios a personas que abusan de esta realidad para fines personales, denigrando a otros y, peor aún, renegando del espacio que les entrega la visibilidad.
Pablo Herrera tiene todo el derecho a tener la opinión que quiera respecto a Maite Orsini, Daniela Aránguiz o quien sea, sin embargo no debería tener piso para utilizar los medios para referirse de la forma que lo ha hecho a ellas. No por ser mujeres, sino por ser personas. Menos si detrás de todo esto hay un interés y/o una estrategia personal por levantar una candidatura. Como se dice en "buen chileno" a Pablo Herrera "se le soltó la cadena" y si no se le ajusta, será responsabilidad de todos ver qué hacemos con eso si es que concreta una campaña electoral.