¿Destino o casualidad? Todo sobre las relaciones kármicas y su impacto en tu vida
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Las relaciones humanas son un entramado complejo de emociones, experiencias y aprendizajes. Más allá de las conexiones casuales, algunas corrientes espirituales y filosóficas plantean la existencia de las llamadas "relaciones kármicas".
Estas relaciones, lejos de ser producto del azar, estarían predestinadas por nuestras vivencias y lecciones de vidas pasadas. Se cree que las personas con las que nos vinculamos kármicamente han formado parte de nuestro camino en otras existencias, y que el propósito de este reencuentro es resolver karmas pendientes o cerrar ciclos incompletos.
"La persona que has atraído está ahí para ayudarte a trabajar a través de una lección específica en esta vida. Si se han reencontrado en esta vida es porque hay una lección pendiente", señala la tarotista Angie Banicki a Vogue.
Características de una relación kármica:
- Conexión intensa: Suelen presentar una conexión muy fuerte e inexplicable, como si se conocieran de antes.
- Volatilidad: A pesar de la intensidad, la relación puede tornarse confusa y volátil.
- Propósito específico: La relación perdura hasta que se cumple su misión, que es cerrar un ciclo de aprendizaje.
- Dificultad para soltar: Terminar una relación kármica suele ser un proceso difícil y doloroso debido a la profunda conexión.
- Transformación: A pesar del dolor, la ruptura de una relación kármica suele ser un proceso transformador que impulsa el crecimiento personal.
- Diferencia con las relaciones tóxicas: A diferencia de una relación tóxica, la relación kármica no se basa en la manipulación o el abuso, aunque puede volverse complicada si no se reconocen patrones insanos.
- Sensación de déjà vu: La sensación de familiaridad y reconocimiento es recurrente en las relaciones kármicas.
- Desafío a las creencias: Estas relaciones suelen cuestionar nuestras convicciones y la forma en que percibimos el mundo.