[COLUMNA] #MuyPersonal Sole Hott: Hacer deporte te hace feliz
Jamás me he considerado una atleta de alto rendimiento y, a pesar de ser rubia y baja, no corrí con la suerte de Sebastián Keitel. De chica los deportes no eran mi fuerte y lo único que hice (con mucho gusto), fue nado sincronizado. Gimnasia en el colegio siempre fue una tortura y correr me parecía fatal. Llegué a la universidad y adiós total a cualquier tipo de actividad física, pero con el tiempo algo pasó... Comencé a correr y cual Forrest Gump nunca más paré. Hasta el día de hoy. Llevo 6 años corriendo y lo hago casi a diario.
Si me preguntan por qué lo hago, la respuesta es simple: me sube el ánimo y me he convencido de los beneficios que trae el ejercicio más allá de lo físico. Los expertos aseguran que el desarrollo de la competencia o la experiencia en deportes te pueden llevar a sentirte realizado y autónomo, dos cosas que promueven la autoestima, y han comprobado que una apreciación positiva sobre el físico, genera una percepción positiva sobre sí mismo. En pocas palabras, hacer deporte te hace feliz, y yo creo firmemente en estas conclusiones.
Hacer ejercicio en forma regular fortalece tus huesos y el corazón, reduce el riesgo de enfermedades crónicas, mantiene tu peso bajo control y disminuye las sensaciones de ansiedad y depresión. Mientras subes tus niveles de energía, te oxigenas y tonificas. Verse bien, sentirse fuerte y tener una actitud positiva, son atributos y beneficios de un régimen regular de ejercicios que influyen directamente en la autoestima.
The Cleveland Clinic, en Estados Unidos, recomienda realizar de 20 a 30 minutos de ejercicio diario, pero enfatizan que debe ser algo que te guste y que se realice adecuadamente. Ir a correr si no te gusta no te va a subir el ánimo, sino que muy por el contrario. Lo odiarás y el resultado esperado no será el mismo. Ir al gimnasio a conversar con la recepcionista no ayudará, e inscribirte en una clase a la que irás cuando tengas tiempo (una vez al mes), definitivamente no servirá de nada. 30 minutos aeróbicos al día son suficientes para liberar endorfinas, hormonas conocidas por su efecto de placer y las responsables de la sensación de bienestar, atenuando el dolor que siente el cuerpo. Así, quienes practican deporte, tienen un nivel superior de endorfinas que aquellas personas más sedentarias.
Para sentirse bien, ¡hay que moverse! Cuando empecé a correr, con suerte cumplía la media hora. Hoy hago 21 kilómetros y puedo estar corriendo en un cerro por 4 horas. Cada vez que logro levantarme a las 6:50 AM para salir a correr o cruzo una meta no puedo NO sentirme bien. Atrás queda el dolor, el calor, el cansancio, las ganas de seguir durmiendo, etc. Nada importa, mi felicidad después de correr siempre es muy grande.
En el libro Run Like a Girl: How strong women make happy lives, la autora Mina Samuels escribe "Durante los años que siguieron a mi 'descubrimiento' del running, mi autoconfianza aumentó y, alimentada por los logros deportivos -fijándome objetivos personales, ganando una corrida local, sobreviviendo a las lesiones y maratones que terminaron mal-, descubrí una capacidad en mí que no sabía que tenía. No solo era físicamente más fuerte de lo que creía, sino que comencé a verme como una persona diferente, como alguien con más potencial, horizontes más amplios y mayores posibilidades. Vi que podía impulsarme y tomar riesgos, en todos los aspectos. La competencia en el deporte, así como en la vida, no era con alguien más, sino conmigo misma. Para 'competir' tuve que encontrar mi propio potencial para ser mejor, para aferrarme a estándares más altos y esperar más de mí, y entregar más".
Eso ocurre gracias al deporte. El correr se convirtió para mí en una poderosa herramienta de transformación que, si bien comenzó como algo netamente físico y para pasar el tiempo, terminó siendo determinante en mi vida y una constante. El practicar ejercicio te desarrolla una capacidad para comprender que puedes lograr lo que te propongas y que la mente, al igual que el físico, es muy fuerte.
Este año obtuve mi primero podio en un trail de 10 kilómetros. Jamás pensé que saldría tercera en mi categoría, ¡pero lo logré! Y lo mejor de todo es que esa felicidad se aplica directamente a mi vida personal, influyendo en la confianza, orgullo y satisfacción, aumentando mi autoestima y fortaleciendo mi carácter. Es más, diferentes estudios psicológicos señalan que el solo hecho de crear un plan de ejercicios y cumplirlo te otorga una sensación de satisfacción única.
De aquí a un año tengo mi plan de entrenamiento hecho y la agenda de running trails lista. No solo me motivan los desafíos pauteados, sino que siempre imagino el "después de correr". Dale la oportunidad al deporte de darte ese "punch" de energía y felicidad que siempre es bienvenido.