Ana Bonamico, una artista que brilla con colores propios
Si miras el Instagram de Ana Bonamico, lo primero que llama la atención es lo colorido que es, y esto no solo por alguno de sus looks a la hora de vestir, sino que más bien por sus vívidas obras. Y es que esta argentina radicada en Chile tiene un estilo único que destaca en todas las áreas de su vida.
Artista plástica de profesión, incursionó en el marketing por 3 años, pero esa obsesión por pintar y dibujar que tenía desde pequeña la llevaron por otro camino, uno que debió seguir desde el principio... las Bellas Artes. Y uno que la llevaría a donde nunca imaginó antes: a exponer en Italia a sus cortos 25 años.
Luego de eso, el salto a la fama sería inminente. Tras exponer junto a 10 artistas argentinos en Roma, Milán y en Capalbio (la Toscana), el éxito la llevó convertirse en una artista destacada con mucho potencial y combinaciones de colores por explotar.
Apasionada por el dibujo desde que era una niña, hoy describe su estilo como contemporáneo, y juega con las luces para crear el efecto de una tercera dimensión. "Cuando te paras frente a mis obras, generalmente lo primero que ves es una pintura abstracta, pero a media que te vas acercando empiezas a identificar personajes y lugares, así que se podría decir que es figurativo", explica.
Otra de las cosas que caracteriza el trabajo de Ana son las intervenciones, concepto que atrajo a la familia italiana que se la llevó a exponer afuera en sus inicios, algo que ella misma señala que le siempre le gustó hacer. "Es salirse un poco del formato tradicional provocando otras sensaciones y dimensiones. Yo partí interviniendo sillones; los pintaba con personas sentadas, me interesaba mucho la huella que dejaba la gente cuando se sentaba en el sillón", explica.
Como no sigue formatos tradicionales, tampoco lo hace a la hora de pensar en las tonalidades que utilizará. "Trato, pero no funciona. Me dejo llevar a la hora de pintar". Y es que así es el trabajo de Ana, colorido, espontáneo, fluido y nunca sabe cómo va a terminar la obra. Lo que sí sabe es lo que no puede faltar: "Tantas cosas, Berlín, mi marido, una frase de Borges y fundamentalmente el color". Se inspira en la vida, lo cotidiano, en sus vínculos, ciudades y memorias, como también en su perro Berlín, que la tiene completamente enamorada.
Por estos días, Ana trabaja en un mural en Ñuñoa haciendo intervenciones que son parte de su estilo y que la han llevado a pensar fuera de los límites, dando como resultado piezas increíbles.
Si quieres conocer más sobre su trabajo, puedes ingresar aquí a su sitio web.