¿Cómo saldar tus deudas emocionales este año?
Llega fin de año y, junto con ello, la emoción, los recuerdos y las deudas. Pero hablamos de un deudas financieras, sino que de aquellas que afectan a nuestros corazones, esas que a diario no están causando sentimientos de incomodad, tristeza o envidias.
Decir te quiero, pedir perdón, resolver diferencias o simplemente entregar un abrazo, pueden ser, según los entendidos, acciones que nos permitirán cerrar ciclos y darnos una nueva oportunidad con parejas, amigos y familiares, que tendrán como consecuencia que lleguemos mejor preparados al 2018. Muchas veces a final de año caemos en lo banal, como comer 12 uvas, salir a dar la vuelta a la manzana con una maleta, pero olvidamos que para comenzar un año con energía tenemos que reparar las heridas y no hacer vista gorda a los problemas.
En este sentido, el psicólogo Alfonso Cox afirma: "Hay muchas personas que tienden a postergar eternamente la resolución de problemas y los temas pendientes, con otros y consigo mismos, ya sea porque los consideran imposibles o muy difíciles de solucionar o porque los angustia enfrentar cara a cara el problema".
El especialista también agrega cómo es frecuente que vayamos "evadiendo" este tipo de deudas: "Esto acarrea otras dificultades, primero, el dejar pendientes probablemente me perjudique directamente de alguna manera a mí y a otros, por ejemplo, si esta actitud incrementa una deuda o no me permite un acercamiento con una persona querida. En segundo lugar, el procrastinar -diferir, aplazar– o, en buen chileno, chutear las cosas para adelante, tampoco nos deja tranquilos porque vivimos ese período llenos de culpa y ansiedad por no haber hecho las cosas a tiempo".
Efectos de las deudas pendientes
"El problema se arreglará de un momento a otro" y "la otra persona es el problema", son algunas de las frases que utilizan quienes tienen conflictos no resueltos. Pero son cinco las principales deudas pendientes que dejamos relegadas en el pasado:
- La deuda impagable que tienes con tus padres de abrazos pendientes.
- La deuda que tienen los padres al decir que están orgullosos de sus hijos.
- La deuda de besos que tienes con el amor de tu vida.
- La deuda de paseos y juegos pendientes con tus mascotas.
- La deuda del reencuentro con ese amigo que se fue al extranjero.
En este sentido, quienes tienen estos ciclos inconclusos, pueden tener consecuencias como:
- Tomar decisiones drásticas: Romper con su pareja, dejar de hablar con la familia o amigos, dejar el trabajo, entre otros.
- Estar irascible: No pensar con claridad.
- Sentirse herido: Consecuencia del problema presente.
- Acumular problemas: La frustración puede volcarse hacia la pareja o compañeros de trabajo, que nada tienen que ver.
Recomendaciones
Antes de intentar resolver un conflicto y saldar esas deudas pendientes que se tienen en el pasado, se recomienda considerar los siguientes pasos:
- Asimilar la situación.
- Expresar las emociones personales.
- Pensar en las consecuencias negativas de las circunstancias.
- Analizar las acciones a tomar, sus consecuencias y cómo afrontarlas.
- Examinar miedos y creencias personales en torno al problema.
"Esto tiene que ver con hacerse cargo, es decir, no echarle la culpa al empedrado, y pensar más bien que el problema puede estar en uno mismo al igual que la solución. Después de todo no tenemos control sobre lo que otros piensan o hacen, sólo tenemos control sobre nuestras propias acciones o inacción; no podemos pensar siempre que a nosotros nos ocurren las cosas, también podemos hacer que ocurran cosas", concluye Cox.