Si quieres ser más feliz ¡deja de quejarte!

Por Sole Hott @solehott | Martes, 3 de Octubre de 2017
Si quieres ser más feliz ¡deja de quejarte!

Muchas veces no nos damos cuenta y nos pasamos el día quejándonos, y generalmente es por cualquier cosa. Es más, cuando te enfrentas a alguien que se queja uno comenta "este tipo reclama todo el día y por puras...". Pero cuando tú eres esa persona, no lo reconoces. Por lo mismo quizás necesitas estos consejos.

"Si no salió la comida, me enojo, porque qué lata quedarse en la casa un viernes. Pero si sale...¿cuántos van y a dónde? Porque si no me tinca el lugar, mejor ni me arreglo. Además, con gente que no me cae bien o no conozco, para eso no salgo. Y ya me había hecho la idea de salir". 

O algo más simple, haz el siguiente ejercicio: pregúntale a 10 personas por Whatsapp cómo están y verás que más del 50% te escribirá "bien, pero...". 


Si tú te reconoces en esta situación "tipo", tienes que seguir leyendo. El primer paso es identificar el enfado innecesario. Sí, puedes quejarte todo lo que quieras y para siempre, nadie te lo prohíbe, pero las quejas, aunque no lo creas, deterioran tu bienestar emocional y el de quienes te rodean. 

Según los expertos el quejarse si tiene un punto positivo, y desde el ámbito psicológico, la queja es una consecuencia de una expectativa que no se cumplió. ¿Dónde está lo positivo? Que al haber una expectativa, hay una motivación. 

Y es que generalmente la queja se hace esperando que algo cambie, hay una esperanza. De hecho, si supieras que no hay posibilidad, ni si quiera lo mencionarías. Al hacer el reclamo estás abriendo la posibilidad a un nuevo plan. 

Ahora bien, el descontrol de quejas pueden llevarte a la frustración y estancamiento, derivando un estado de ansiedad poco saludable. Entonce, ¿cuál es el límite en el que se vuelve tóxico para tu organismo?

Cuando el quesarse responde a un hábito y no a algo en particular, estamos en problemas. Todos pueden tener un mal día o incluso temporada, pero cuando el "mal día" evoluciona hay que tener cuidado. 

La queja partió con un "tengo un aml día", pero siguió con un "odio a mi jefe", y luego un "odio mi carrera" y así sucesivamente hasta frases como "ojalá me echen". Es muy fácil pasar de la queja a una intolerancia generalizada, y en ese caso es difícil volver al punto inicial y la paz. 

Lo mismo pasa puede ocurrirte con una pareja. "Tuve un mal día", puede ser seguido de molestias diarias como "dejaste la cama deshecha" y ya sabemos cómo puede terminar eso. La relación puede correr peligro. 

Por lo mismo los profesionales de la psicología rcomiendan mantener la queja dentro de parámetros positivo siguiendo estos consejos:

1. Identifica el motivo de la queja 

Cuando algo te molesta debes decirlo, pero de la forma más clara posible. No es un "odio la moto de mi marido", mejor sería el porqué del odio, tipo "no me gusta que mi marido tenga esa moto, es muy peligroso y gasta mucho dinero en ella". La real molesta es otra y tiene solución si se aclara.

2. Ignora la fuente

Puedes quejarte eternamente, pero las cosas malas en la vida seguirán sucediendo. Por lo tanto, ignora la fuente y dirge tu atención a otra cosa. Evita desencadenar el estrés, miedo u ansiedad que afectará a tu bienestar. Por ejemplo: "Odio a mi jefe, es tan pesado", ignora la fuente, "me cae tan bien mi compañera de pega, es muy preocupada siempre". 

3. Cambia la perspectiva, ecnuentra el lado positivo

La vida es un caos, y no tenemos control de todo lo que pueda ocurrir, pero sí de tomar la decisión de amargarte y quejarte, o aprovechar la situación y relajarte. Cuando estás a punto de expresar la queja, toma la decisión de no hacerlo. No será fácil, pero puedes entrenarte. 

Está comprobado que el quejarse demasiado te pone en "modo alerta", por lo tanto tu cerebro estará esperando la amenaza, entonces aún cuando sea de verdad o imaginaria, se producen quejas sin control, y muchas veces sin sentido. Ejemeplo: "Otra vez es lunes, qué sueño tengo", cambia la perspectiva, "El fin de semana lo pasé tan bien". 

4. Sé consciente de que existe un final de conflicto

Sea cual sea el final de la historia, todo conflicto debe tener un final. Esto porque al asumir la queja y su final, evitas que se estanque y que se convierta en un hábito.

5. Reconoce futuras quejas

Aprende a detectar cuando una queja ha llegado para quedarse. Mientras antes la detectes, antes podrás tomar la decisión de "dejarla ir". O bien, indetificas el problema real, le das la vuelta al lado positivo y la terminas.

6. Si ya hice la queja tóxica...

Crea una queja que revierta el daño. No todas las quejas son malas, así es que si ya tiraste suficiente toxina, puedes lanzar una que aporte algo positivo, da una solución. Por ejemplo: "Estoy cansada de pelear con mi pololo", nueva queja, "Debería cambiar mi tono de voz". 

7. Medita

Dicen que meditar es como llevar tus pensamientos y emociones al spa. Es un hábito saludable que resulta ser la mejor estrategia ante las quejas. Solo se trata de respirar y no interactuar con tus pensamientos, así no reaccionarás bruscamente ante ciertas situaciones de la vida. 

No hay nada malo en expresar algo que te molesta, pero siempre debes tener en cuenta el respeto por ti y las otras personas. Por lo mismo, es importante ponerle límites a la queja para que no se convierta en costumbre o en tu forma habitual de comunicarte. 

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