Vitamina D: La clave para combatir la obesidad
¿Mantienes un peso adecuado y saludable? ¿Hiciste ejercicio en la última semana? ¿Acostumbras a realizar actividades al aire libre? Si tu respuesta a la mayoría de estas preguntas es no, probablemente formas parte del alto índice de chilenos con obesidad y deficiencia de vitamina D, tema que hoy preocupa más que nunca a las autoridades y profesionales de salud de nuestro país.
Como explica el doctor Alex Valenzuela, presidente de la Sociedad Chilena de Obesidad, "Los niveles bajos de vitamina D o hipovitaminosis D afecta a todos los grupos etarios, siendo un problema de salud global, que según algunos investigadores afectaría a más de 1.000 millones de personas en el mundo. El principal responsable de ello es la baja exposición solar, dado que hasta el 90% de su producción corporal depende de su síntesis a nivel de piel bajo la acción de los rayos ultravioletas B, con un aporte minoritario proveniente de los alimentos, especialmente animales".
La última Encuesta Nacional de Salud (2016-2017) da cuenta que un 40% de la población chilena convive con el llamado síndrome metabólico. Es decir, presentan niveles anormales de presión arterial, colesterol, glucosa y grasas, además de un mayor perímetro de cintura, lo que se relaciona con sobrepeso u obesidad. Estos factores están directamente asociados a un alto riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares.
La misma encuesta revela que la falta de vitamina D entre los chilenos alcanza niveles alarmantes. Contrario a lo que se pueda pensar, no sólo los habitantes del extremo sur del país presentan un déficit importante de esta vitamina. En las regiones de Valparaíso, O'Higgins y Maule, la hipovitaminosis está en torno al 90% de la población. Incluso en regiones como Antofagasta y Arica y Parinacota, solo entre un 15% y un 20% muestra un nivel suficiente de vitamina D.
El estilo de vida actual: El mayor factor de riesgo
La vitamina D es una hormona pleiotrópica que es sintetizada en la piel a partir de precursores de colesterol o, en menor medida, adquirida en la dieta desde alimentos como los pescados grasos. Por su comportamiento liposoluble es atraída por la grasa, y esto hace que se deposite en el tejido adiposo del organismo, por lo que en una persona con bajo porcentaje de grasa se facilita su distribución al resto del cuerpo. Esto no ocurre con quienes cuentan con mayor tejido adiposo. Si bien en estos casos puede registrarse un alto nivel de vitamina D, esta mayor concentración de grasa corporal impide su circulación.
Se estima que un 87% de los chilenos es sedentario. Una gran mayoría trabaja en una oficina con luz artificial y durante el invierno casi no se ve expuesto a la luz solar, otra de las formas de absorber vitamina D.
Según indica Valenzuela, no sólo quienes presentan obesidad están en riesgo de desarrollar hipovitaminosis D. Esta condición también se puede dar en bebés, mujeres embarazadas o en etapa de lactancia, adultos mayores, personas de raza negra y personas que viven en zonas geográficas alejadas del Ecuador. En el caso de la tercera edad, "la síntesis de vitamina D a nivel de piel disminuye a un 33% comparado con los jóvenes, asociado a una reducida ingesta y absorción intestinal de vitamina D, presencia de enfermedades y a una menor efectividad de conversión renal de vitamina D a su forma activa", argumenta el especialista.
Por ello, a juicio del profesional, la suplementación de vitamina D debe recomendarse a cualquier persona que esté dentro del grupo de riesgo o en quienes se haya encontrado niveles reducidos de vitamina D en sangre o haya una alta sospecha clínica de su deficiencia.
La vitamina D también cumple un rol en la síntesis y secreción normal de insulina, y los niveles adecuados de esta vitamina mejoran la sensibilidad a la misma. Estos hallazgos fueron confirmados por el estudio NHANES III (adultos de 40 a 74 años) donde los niveles de vitamina D estuvieron inversamente relacionados con la presencia de Diabetes tipo 2 y la resistencia a la insulina.
Esto significa que la vitamina D podría ser una opción para el tratamiento de estas enfermedades, patologías que presentan un gran aumento en la población en los últimos años. Según datos de IMS y Point, en 2017 se vendieron, a nivel nacional, 19 millones de cajas del fármaco antidiabético metformina. Y ese mismo año, considerando tanto el ámbito público como privado, se gastaron 30 mil millones de pesos en tratar ambas condiciones.
¿Qué señales me pueden indicar que tengo déficit de vitamina D?
Desde la Sociedad Chilena de Obesidad explican que, en general, la reducción de vitamina D es tan progresiva y sutil que no se expresa clínicamente. Sin embargo, sus señales pueden ir desde dolores musculares, osteoporosis, osteopenia, fracturas, osteomalacia, inapetencia, cambios del humor o alteraciones en algunos parámetros sanguíneos.
Sin embargo, el doctor Valenzuela asegura que la mayor parte de las veces se detecta la hipovitaminosis D casualmente en un examen médico de rutina. "La mejor forma de conocer cómo están nuestros niveles de vitamina D es midiéndola a través de un examen sencillo de sangre, sobre todo si estamos dentro del grupo de riesgo para desarrollar hipovitaminosis D".